Al estar en pareja pueden aparecer conflictos, discusiones, dependencia emocional dudas respecto a la separación, miedos e inseguridades (a que no sea la persona adecuada, a que fracase la relación, a no darle todo lo que necesita, a las relaciones sexuales), cambios vitales… Diferentes problemas que no sabemos como solucionar ni como actuar. La terapia aporta una nueva mirada a la relación, a la vez que introduce dinámicas de interacción saludables en la convivencia.
Otra posibilidad son parejas que acuden a terapia para separarse de la mejor manera posible. Y si hay hijos comunes, poder llevarlo de tal forma que ellos no se vean dañados por los conflictos que aparecen. En estos casos, el terapeuta de pareja se sitúa de manera imparcial ante ellos, con el objetivo principal de que todo quede lo más equilibrado posible.